Gage es un niño que nació y sus padres decidieron almacenar la sangre de su cordón umbilical. A los seis meses su madre empezó a notar ciertas actitudes que le preocupaban, hasta el punto que fueron al médico y allí le diagnosticaron con un Trastorno del Espectro Autista con un grado lo suficientemente alto para necesitar cuidados considerables. A los dos años el niño todavía no hablaba e interactuaba con los demás como si tuviera meses de vida. Además realizaba movimientos repetitivos y tenía un contacto visual con las personas de su alrededor.
Un tiempo después de recibir el diagnóstico de su hijo, Renee se unió a grupos de apoyo y se informó de todo lo que pudo para realizar terapias a Gage. También tuvo conocimiento del potencial de las terapias celulares con células madre para niños con autismo, e intentó que Gage participara en algún ensayo clínico para recibir un tratamiento con esta novedosa terapia. Finalmente después de muchos intentos Gage recibió su primera terapia celular para el autismo, una infusión intravenosa de Gelatina de Wharton del tejido umbilical donado. El producto se había preparado en un laboratorio de los Estados Unidos, pero las administró el médico de confianza de Gage.
Los padres de los niños que presentan como candidatos a sus niños a terapias experimentales, han de conocer que es posible que este tratamiento no funcione, y sobre todo no esperar que sea la cura definitiva de la enfermedad.
En este caso, Gage no empezó a hablar hasta los tres años de edad, pero después del tratamiento administrado de MSC del tejido de cordón umbilical empezó a agregar palabras nuevas a su diccionario casi a diario. Desde entonces Gage ha recibido otros cuatro tratamientos con tejido de cordón umbilical. Ahora los padres afirman que la terapia con células madre mesenquimales mejoraron su lenguaje y habilidades sociales.
Parent’s Guide to Cord Blood le preguntó a la madre del niño qué consejos tiene para otros padres de niños pequeños con autismo que se encontraban en su misma situación, y señaló que la terapia celular que le administraron a Gage es experimental. Cuando los padres la prueban, corren el riesgo de que no funcione. Pero admite que ella sintió la necesidad de probar, ya que sino se hubiera arrepentido en algún momento de la vida ya que se preguntaría si hubiera habido alguna diferencia. Ella también siente que los padres deben ser realistas y no esperar una «cura definitiva», sino esperar que las células madre ayuden a ver en las habilidades de sus hijos mejoras significativas.
Fuente: https://parentsguidecordblood.org/en/news/how-cord-tissue-changed-my-sons-life