Un aborto espontáneo es la pérdida de un feto antes de la semana 20 del embarazo. Cerca del 80% de estos ocurren antes de la semana 12, es decir, durante el primer trimestre. Este hecho es mucho más frecuente de lo que se cree, afectando del 10 al 20% de las gestaciones. Y, aunque es imposible evitar el aborto espontáneo de forma completa, conocer los factores de riesgo y sus posibles causas, nos puede ser útil para tomar algunas precauciones que puedan ayudar a reducir el riesgo del aborto espontáneo en las primeras semanas del embarazo.
Es en estas primeras semanas que el embrión crece rapidísimo, dividiendo sus miles de células para ir desarrollando los diferentes órganos que conformaran su organismo, este proceso se conoce como organogénesis y es el período en el que el embrión es más susceptible y por eso existe un mayor riesgo de pérdida.
Principales causas y efectos de riesgo
A pesar de que no siempre es posible determinar la causa de los abortos precoces, sabemos que la mayoría de estos se deben a anomalías cromosómicas del embrión , presentes en un 65-70% de los casos. Para el 30% restante, existen otras razones, algunas de las cuales se relacionan con la madre y su estado de salud, mientras que otras dependen del feto y su desarrollo.
Dentro de los factores de riesgo podemos destacar:
- La edad materna. Las mujeres por encima de los 35 años producen óvulos de peor calidad, con lo que aumenta el riesgo de dichas alteraciones cromosómicas. Por lo tanto, a medida que la edad de la madre avanza se incrementa dicho riesgo.
- Alteraciones uterinas. Todas aquellas malformaciones o enfermedades que afecten a la cavidad uterina, como son los septos o los miomas submucosos, dificultan la implantación del embrión.
- Algunas enfermedades crónicas. El embarazo supone un reto para el cuerpo por lo que es fundamental que esté preparado. Por eso es importante que si padeces de alguna enfermedad crónica como puede ser la diabetes, la obesidad o problemas de tiroides, estés debidamente controlada por tu médico especialista previo a quedarte embarazada.
- Tener malos hábitos. El tabaco y el alcohol aumentan el riesgo de aborto del primer trimestre ya que son sustancias vasoconstrictoras, es decir, estrechan los vasos sanguíneos de manera que dificultan el paso de la sangre hacia el útero.
Prevenir un aborto espontáneo no es posible en la mayoría de los casos ya que, tal y como hemos comentado, dependen de alteraciones cromosómicas y estas a su vez dependen del azar. Al mismo tiempo, tener algún factor de riesgo tampoco implica que el embarazo no evolucione correctamente. No obstante, es recomendable que incidas en ellos para tener una gestación más saludable.
En algunos casos, previo al aborto, se detectan síntomas guía que nos indican que el embarazo está en riesgo. Esta situación se denomina amenaza de aborto y no significa que vaya a suceder sí o sí. El signo principal es el sangrado vaginal, generalmente de cantidad similar o mayor a una menstruación asociado o no a dolor abdominal tipo cólico. Es importante poner atención en la cantidad, dado que sangrados escasos o autolimitados en estas semanas se pueden considerar normales y no repercuten en el progreso del embarazo.
Si te encuentras en esta situación, debes acudir a tu obstetra titular quien posiblemente te recomiende seguir un reposo relativo y evitar las relaciones sexuales las próximas 48 horas posteriores al sangrado.
Abortos de repetición
Cuando una mujer pasa por más de dos abortos espontáneos nos referimos a abortos de repetición. Estos probablemente sí se deban a alguna circunstancia materna y/o paterna, más que al azar como sucedía con los abortos aislados. Estas circunstancias pueden ser:
- Problemas genéticos de uno de los progenitores
- Alteraciones en la inmunidad de la madre que dificulten la asimilación del embarazo
- Padecer de alguna trombofilia que induzca a la aparición de trombos a nivel de la placenta
- Factores endocrinos como lo son la obesidad o el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), entre otros.
En cualquier caso, para poder diagnosticar el motivo el obstetra titular realizará una serie de pruebas para poder definir, posteriormente, el tratamiento más adecuado en cada situación.
Otro aspecto que habitualmente genera dudas es sobre cuándo se puede volver a intentar otro embarazo si se ha sufrido recientemente un aborto espontáneo. En el caso que no se identifique ninguna causa o factor de riesgo, la respuesta es sencilla: cuando la pareja esté preparada para ello, ya que no existe indicación médica que lo contraindique. Por lo general, se recomienda dejar pasar dos menstruaciones con un doble objetivo, primero asegurar que la cavidad uterina vuelve a estar libre y preparada para un nueva gestación, y segundo para que la mujer vuelva a llevar un control de su ciclo menstrual sabiendo así que día se produce su ovulación. En caso contrario, lo ideal será incidir en dichos factores de riesgo y seguir ciertas medidas de precaución.