En la semana 30 del embarazo ya estamos a tan solo 10 semanas de la fecha prevista de parto.
El crecimiento de tu vientre es una pista evidente de que el feto está creciendo día tras día. En estas semanas, el feto mide aproximadamente 39 cm y pesa unos 1500 gramos.
Poco a poco, va teniendo menos espacio por lo que se coloca en la típica posición fetal (con las rodillas encogidas y brazos cruzados sobre su pecho) aunque sus movimientos siguen siendo enérgicos. Aún tiene tiempo para colocarse en su posición definitiva para el parto, que generalmente es con la cabeza hacia abajo. Sin embargo, también se puede acomodar de nalgas o en situación transversa.
Si bien todos los órganos del cuerpo siguen desarrollándose, los principales cambios en estas semanas se dan en el cerebro fetal, que pasa de tener una superficie lisa a tener los surcos y hendiduras características del cerebro adulto.
Cambios en la mujer embarazada
Con el crecimiento del útero, la barriga crece y con ello el peso que el cuerpo debe soportar, siendo común dolores de espalda. También se producen cambios a nivel de los huesos de la pelvis que progresivamente se hacen más flexibles, incrementando así su diámetro total para el momento del parto. Esto en algunas pacientes puede resultar doloroso, es la llamada osteopatía púbica. Para evitar estos dolores, se recomienda realizar deporte de forma regular, así se fortalece la musculatura de todo el cuerpo, pero sobre todo la de la espalda. Nadar siempre será una buena opción.
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En estas semanas, el útero puede incluso alcanzar hasta 14 centímetros por encima del ombligo y el resto de órganos que conviven en la cavidad abdominal, como el hígado o el estómago, se desplazan hacia arriba generando una molestia a nivel de las costillas. Las molestias gástricas tipo ardor o malas digestiones también son frecuentes en estas semanas, de hecho se estima que más del 50% de las embarazas las experimentaran alguna vez durante la gestación.
Consejos a partir de la semana 30
- Evitar todo alimento que aumente la acidez, ya que empeoraran los síntomas, por ejemplo los cítricos como la naranja o el limón, el vinagre o la salsa de tomate.
- Eliminar de la dieta los alimentos que retrasen el vaciado gástrico como el café, el chocolate o las bebidas con gas.
- Comer pequeñas cantidades y a menudo, en vez de tres abundantes comidas durante todo el día.
- Dejar pasar, idealmente, dos horas entre la ingesta y la hora de tumbarse o irse a dormir.
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Por lo que refiere al seguimiento gestacional es importante ir administrándose la vacuna de la tos ferina antes de llegar a la semana 36, con la finalidad de transferir al feto anticuerpos protectores contra dicha infección. También, se deberá administrar la gammaglobulina anti-D en caso de que la madre tenga un grupo sanguíneo negativo.
Es un buen momento para iniciar las clases de preparación al parto que abarcan toda una clase de temas relacionados con el parto, parte teórica y práctica.
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